Nimbostratos maníaco-depresivos en 'Silver Linings Playbook'
- Jesús García Sayago
- 22 mar 2015
- 4 Min. de lectura
La falibilidad que nos caracteriza como seres humanos y las segundas oportunidades, son los temas centrales en esta película de David O. Russell, adaptada de la novela de Matthew Quick, The Silver Linings Playbook.

Os únicos interessados em mudar o mundo são os pessimistas, porque os otimistas estão encantados com o que há...
-José Saramago
En el idioma inglés existe un famoso refran que reza "every cloud has a silver lining", cuya traducción literal sería algo así como "toda nube tiene un forro interior hecho de plata, o plateado", que viene dado cuando se quiere hacer alusión a que cada infortunio tiene un lado positivo. La frase proviene de la mascarada Comus (1634) compuesta por el poeta inglés John Milton:
Was I deceiv'd, or did a sable cloud
Turn forth her silver lining on the night?
Así, Silver Linings es un modismo al que alude constantemente el protagonista de 'Silver Linings Playbook', para referirse a que "no hay mal que por bien no venga". Playbook es como los estadounidenses llaman al libro de jugadas preparadas en la National Football League (NFL) que deben manejar los jugadores de un equipo, por lo que el título de la película es un juego de palabras para nombrar a un metafórico "manual" para verle el lado positivo a todo.
El idealismo absurdo no es para menos. Después de pasar ocho meses en un hospital psiquiátrico por haber agredido salvajemente al amante de su ex esposa Nikki, Pat Solitano (Bradley Cooper) vuelve a casa con sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver) y decide reconstruir su vida sustituyendo la medicación por el ejercicio físico, y tratando de tomar una actitud optimista ante la vida, todo en pro de reconquistar a Nikki. Dicha empresa, no le será fácil debido a su condición de paciente bipolar, pero Pat conocerá a Tiffany (Jennifer Lawrence), una problemática y atormentada chica, que acaba de perder a su marido.
Si bien el filme no ha estado exento tanto de las críticas negativas como de los sobrevalorados halagos, aborda temas muy importantes a través de una estética cinematográfica respetable. O. Russell (aun) no es inmune en Hollywood, pero en esta película, a veces lo logra.
La típica familia disfuncional
Cuando Pat regresa a casa, después de haber pasado meses en el psiquiátrico, una de las primeras cosas que me llamó la atención fue que, en la típica pared del orgullo parental está colgado un cuadro de un retrato del hermano mayor de Pat. Sin embargo, el retrato de este último está descolgado.
Pat es el hazmerreír; la oveja negra. Muestra de ello la da Robert De Niro, interpretando a Pat Sr., cuando llega a la casa el hijo perdido y se muestra incómodo con el hecho de que le hayan dado de alta en el psiquiátrico. De Niro hace lo que mejor sabe hacer y nos muestra a un padre con problemas similares al hijo y con una especie de actitud compulsiva y dependiente de las apuestas. Dicen que recurrió a la improvisación en varios segmentos, y por esa razón quizás uno se conecta más con el personaje.
En un momento incómodo, el hermano mayor visita a sus padres. Presume de sus logros acumulados ante Pat, y procede a humillarlo verbalmente. Este reacciona de una forma un poco agridulce y fuera de lugar. "Te perdono", "te felicito, me alegro por ti". "Excelsior". Pero ninguna línea plateada puede curar traumas tan fuertes. Solo que, se aprende a convivir con ellos.
Excelsior
Un estudio de la National Library of Medicine de Estados Unidos indica que el paciente bipolar tiende a tener altibajos en el estado anímico, y cambios extremos en la actividad y los niveles de energía. Lo que desemboca en que Pat lance A Farewell to Arms (1929) de Hemingway por la ventana de su casa a las 4:00 am, y tenga un impostergable debate literario con sus padres, sobre la intencionalidad de Hemingway al ponerle un "final triste" a su novela.
El remedio que utiliza Pat, para calmar esos estallidos emocionales es una simple palabra: Excelsior. Significa ver el lado positivo de todo. Un escudo contra la negatividad. No obstante, no es suficiente para evitar que colapse en el consultorio de su psiquiatra, al escuchar la canción que compartía con su ex esposa, o caerse a golpes con su padre al fracasar en la odisea de encontrar el video de su boda, otra vez, a las 4:00 am.
Excelsior es un mantra fuerte, pero parte de ser bipolar es vivir en la orilla de una calle oscura. Si bien se puede vivir de un lado a otro con suma energía, confianza y creatividad, también se puede terminar flotando entre la desesperación y una depresión profunda que pareciera no tener salida ni fin. Una depresión a manera de alianza de oro, alrededor del anular izquierdo de Pat.
'Silver Linings Playbook' es una película que logra (no sin dificultad) contar una tragicomedia de manera surreal. Hay momentos donde deberíamos reírnos pero nos parece incómodo o inapropiado, y otros donde deberiamos llorar pero no podemos hacer más que reir. Porque el lado brillante de las cosas no es de oro. Que te lo diga Pat Sr. que lo perdió todo debido al debacle financiero que sufrió Estados Unidos en 2008, mismo que le quitó su pensión de jubilado mientras que al amigo de Pat, Ronnie (John Ortiz) le va cada vez mejor en los negocios al aprovechar el debacle, para su conveniencia.
El lado brillante de las cosas es ese que te permite estar jodido pero radiante, como diría Benedetti, y poder utilizar tu tratamiento farmacológico como tema de conversación, al conocer a alguien que está igual de jodido que tú. Como diría Chet Baker:
Look for the silver lining
Whenever a cloud appears in the blue
Remember, somewhere the sun is shining
And so the right thing to do is make it shine for you
Comments